viernes, 4 de febrero de 2011

Una nueva noria de corriente en el Jardín Botánico de Segovia

Desde el pasado mes de diciembre el Jardín Botánico de Segovia cuenta con un nuevo elemento de interés cultural la instalación de una noria de corriente, que explica y enseña el funcionamiento de este ingenio que fue utilizado ya por los griegos y egipcios para elevar el agua de los pozos o ríos. Estas civilizaciones llegaron a tener importantes conocimientos de hidráulica y mecánica aunque fueron los romanos los que extendieron el uso de esta tecnología por todos sus dominios.

En nuestro país, sobre todo en el área mediterránea, se usaron norias para elevar el agua con el fin de utilizarla para el riego y abastecimiento urbano. Éstas podían estar accionadas por el hombre, por animales o por la propia corriente de agua, fueron las últimas las que recibieron el nombre de azudas o norias de corriente.

Noria de corriente ya funcionando en el Jardín Botánico

Las norias de corriente o azudas son ruedas hidráulicas de eje horizontal en cuyo perímetro se disponen una o dos coronas circulares donde se sitúan unos recipientes llamados cangilones, éstos son los encargados de recoger el agua para subirla de nivel. Entre los cangilones se fijan las paletas, elementos impulsores del agua. Al estar la parte inferior de la rueda sumergida en la corriente de agua, ésta choca contra las paletas impulsando y haciendo girar la rueda, al mismo tiempo que los cangilones se cargan de agua en la parte inferior y la descargan en la parte superior del giro de la rueda, elevándola.

El proyecto ha corrido a cargo de Jorge Soler y José Mari Izaga, dos expertos en la recuperación y restauración de patrimonio industrial. Para el diseño de la noria han tenido en cuenta imágenes e información sobre diferentes norias históricas españolas. La noria construída es de eje horizontal, fabricada totalmente en acero corten. Tiene un diámetro de 3 metros, con aparejo o estructura formada por 18 radios en cada una de sus caras laterales y dos coronas circulares, una en cada lado. Las palas van instaladas entre cada par de radios. Éstas son planas, con una pequeña doblez cerca de su extremo exterior y contribuyen a rigidizar la estructura. Los cangilones receptores del agua van en la cara interior de cada una de las coronas, 18 cangilones en cada una de ellas, es decir un total de 36, que quedan integrados en la estructura de la noria, con una capacidad de 6 litros cada uno. La noria es capaz de elevar 140 litros en cada vuelta.

La noria en proceso de construcción. La imagen muestra una de las coronas con sus cangilones y radios

Debido a que está situada en el Jardín Botánico, ubicado en el interior del área urbana de la ciudad, y no existir una corriente de agua capaz de impulsar las palas, el movimiento de la noria se consigue por medio de un motor eléctrico de 1,10 kW, acoplado a un reductor mecánico. El movimiento se transmite por medio de una cadena y unos piñones dentados. Al motor se le ha instalado un variador de velocidad electrónico que permite ajustar la velocidad de giro de la rueda, quedando ajustada a 6 r.p.m.

La transmisión cuenta con un limitador de par que se ajusta a una carga determinada y anula la acción del motor si detecta una resistencia superior a la establecida y consecuentemente se detiene el giro de la noria. Además, se han instalado sensores de presencia que detienen inmediatamente el giro si una persona entra en el perímetro protegido, así como un interruptor de paro de emergencia.

Vídeo de la noria en funcionamiento

Se encuentra en funcionamiento diariamente durante las horas de apertura del Jardín Botánico.

Textos e imágnes de Jorge Soler y José Mª Izaga.

Compartir