viernes, 30 de octubre de 2009

La Libélula Española de Federico Cantero Villamil

Volvemos a resaltar con esta entrada la figura del ingeniero D. Federico Cantero Villamil porque, además de su incalculable aportación al aprovechamiento hidráulico de los ríos Duero, Esla y Duratón y los avances que consiguió en la generación y distribución de energía eléctrica, su pasión por la aviación le llevaría a ser el inventor del primer helicóptero español, la Libélula Española, y a contribuir con 33 patentes a la evolución de la aeronáutica. Hechos que por sí solos le hacen merecedor de ocupar un destacadísimo lugar en la historia de la aviación española, y que le podrían haber elevado aún más si un trágico suceso de nuestra historia no se hubiera interpuesto en su camino.

En julio de 1936 ya tenía el prototipo listo para iniciar los ensayos de vuelo, pero el estallido de la Guerra Civil provocó que las pruebas se paralizaran, para cuando ésta finalizó la falta de materiales y el aislamiento internacional que sufriría España supusieron un importante freno al trabajo de Cantero Villamil.


La Libélula Española, Madrid 1940. Obtenida del libro "Federico Cantero Villamil, Crónica de una voluntad" de Federico Suárez Caballero

Mientras en España se sufría, al otro lado del Atlántico el ingeniero de origen ucraniano, Ígor Sikorsky, daba a conocer en 1939 el que se conocería a partir de entonces como el primer helicóptero monorrotor, el VS 300, adelantando a nuestra “Libélula”. En el número 52 de la revista Aviador, págs. 46-49, aparece un completo artículo sobre los avatares e historia de este ingenio, porque si los acontecimientos bélicos jugaron en contra de su puesta en marcha, su final no es menos desolador. El artículo está firmado por uno de sus nietos, Fernando Díaz de Aguilar Cantero.

Quiero agradecer a Isabel Díaz de Aguilar Cantero toda la información que nos ha aportado y resaltar su actitud, llena de entusiasmo pero rigurosa, con la que acomete todas las acciones que está llevando a cabo junto con su familia, para recuperar la vida y obra de D. Federico.

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10 comentarios:

Logan y Lory dijo...

Como siempre, interesante documento. Una pena no haber podido ser los pioneros en el helicóptero.

Saludos.

Logan y Lory dijo...

Interesantísima la información que aportáis sobre este prototipo y su inventor.

Como siempre, es un auténtico placer venir a este blog y descubrir tantas cosas que desconocemos.

Un abrazo.

Patrimonio Industrial COIIM dijo...

Os agradecemos enormemente vuestros comentarios. Vuestro interés es nuestra motivación e ilusión.

Unknown dijo...

De nuevo muchas gracias por aportar informacación tan interesante de la historia reciente de España, no tenía ni idea que el primer prototipo de helicoptero, lo hizo un ingeniero español. Sin duda el Sr. Cantero Villamil, debió ser un genio. Es tan apasionante este tema, que hasta se podría hacer un guión cinematográfico y llevarlo a la gran pantalla, lastima que no tengamos más "Amenabar". Enhorabuena por el blog tan interesante que estais haciendo, un saludo.

Anónimo dijo...

Muy interesante...¿Donde puedo encontrar esa revista "Aviador"? Gracias

Patrimonio Industrial COIIM dijo...

Gracias por tu comentario. La Revista Aviador la edita el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial e imagino que la distribuirá entre sus colegiados, pero cuelgan todos los números en su página web. Te dejo el enlace: http://www.copac.es/prensa/revista_anteriores.asp

Hitano dijo...

Magnífica artículo, deconocía la existencia de este prototipo. Maldita guerra.
Gracias por compartirlo.

Patrimonio Industrial COIIM dijo...

Gracias Hitano por comentar en nuestro Blog.

Anónimo dijo...

Yo tampoco conocía la aportación a la aviación de este ingenierio español. ¿Por qué es más conocido entre el publico Juan de la Cierva? Debieron ser más o menos contemporáneos, ¿no?

¡¡Buen trabajo!!

Patrimonio Industrial COIIM dijo...

Juan de la Cierva fue el inventor del autogiro, que fue el precursor del helicóptero. Construyó su primer autogiro en 1920 y en enero de 1923 consiguió que el cuarto prototipo, llamado C.4, volara. Aunque físicamente autogiro y helicóptero se asemejan por el rotor situado en la parte superior, el autogiro no podía hacer despegues verticales ni vuelo a punto fijo. Sin embargo, conseguía volar a velocidades muy bajas y casi no necisataba pista para despegar y aterrizar.
Imagino que haber realizado las pruebas de vuelo con éxito y sobre todo que se construyeran (se utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial) provocó que a Juan de la Cierva si se le reconcociera su labor.