Bolarque antes de ser el lugar donde se construyera la central hidroeléctrica que lleva su nombre, fue durante siglos el emplazamiento de molinos molturadores de cereales, pues tanto esta zona como los alrededores han contado con una larga tradición hidráulica debido al privilegiado entorno donde se encuentran. Concretamente, donde hoy se levantan las instalaciones de la central existía desde la Edad Media un molino harinero, cuya primera referencia escrita data de la época de la reconquista cristiana, en concreto de 1190. Se trata de una carta-fuero que el Rey Alfonso VIII dio a los pobladores de Zorita, término al que pertenece Bolarque, en la que se asignaba su propiedad a la Orden Militar de Calatrava.
Restos del molino harinero
El Molino vuelve a ser mencionado en 1410 con motivo de un pleito sobre su propiedad entre los dueños impuestos, la Orden Militar, y el Concejo de Almonacid de Zorita. El Rey Juan II de Castilla, padre de Isabel, que luego fue la Católica, sentenció finalmente la disputa asignando la propiedad al Concejo. En manos del pueblo permaneció hasta la desamortización de Madoz a finales del siglo XIX. El Molino siguió en funcionamiento hasta que en 1907 fue absorbido por la construcción de la presa y, por tanto, por el nuevo uso que se le daría a partir de entonces a las aguas del Tajo.
Desde 2008 se están realizando labores de investigación para la recuperación histórica del Molino, que han desembocado en la organización de la Exposición "El Molino de Bolarque: historia de una tradición hidráulica en el alto Tajo, siglos XII-XIX" por parte del Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. La muestra está expuesta actualmente en Toledo y posteriormente se llevará a Almonacid de Zorita. Toda la información sobre horarios y fechas se puede consultar en el siguente enlace
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