Esta obra de ingeniería, que en contra de todo pronóstico ha llegado en funcionamiento hasta el siglo XXI, es un ejemplo de las antiguas industrias destinadas a la fundición y forja del cobre para la fabricación principalmente de utensilios domésticos, utilizando la energía hidráulica. A pesar de que eran conocidas por diferentes nombres: martinetes de cobre, fábricas de arambre o cobrerías, se podían distinguir en todas ellas dos secciones: el obrador o área de fundición del mineral en el horno y el forjado o zona donde se batía el cobre para darle forma.. Leer artículo completo.
Extracto del artículo publicado en el Nº 45 de la Revista COIIM
Fotografías cedidas por Jorge Soler
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